Suite Alcantarillas

En las calles, por las noches, se ven menos las manchas. Las de la ropa vieja y sucia, las de las manos que trabajaron y las del piso. En el barrio venden comida en las esquinas, hay bancos, hay sillas y, para los que pesamos mucho, hay banquetas en las que te sientas y nunca se rompen; así se come seguro y siempre hay lugar para todos. Hay faroles para acompañar la noche y hay alcantarillas. Las alcantarillas son nobles, viven entre dos mundos, saben quién las pisa y quién las usó para deshacerse de todo lo que no se quiere. Dan servicio muchos años y nunca se les vierte amor. Son tan fuertes; siempre al servicio, siempre solitarias y humildes. 

Composición 1 “Glamour”

Las luces del restaurante iluminan las prendas finas, hay maquillaje, perfumes, vajilla y pretensiones; todo es para lucir y seducir. La velocidad de la ciudad, la distracción de lo que brilla, las risas, los negocios, el coqueteo y el lujo. Es la cotidianeidad citadina en las zonas “high”. Es lo que se vive cuando el capital social y el monetario lo permiten. 

Composición 2 “Blues”

Sólo se lleva la ropa y las llaves, el lugar es seguro porque ya no traemos más cosas que nos puedan robar. Servimos más si estamos vivos; muertos manchamos la calle y la prensa. Caminar siendo nada es útil para observar. Los zapatos gastados no hacen ruido y el jabón barato no tiene fragancia. Así, austero, se puede uno sentar cómodo en las banquetas.

Composición 3 “El tráfico”

Los autos se paran en el semáforo, los peatones arrancan a cruzar la calle, unos caminan; otros estorban. Platican rápido mientras cruzan y luego se detienen. Los autos arrancan, se estorban también, se lucen. El crucero se va llenando de más gente en horas pico, hay bullicio. Las alcantarillas no se aburren.

Composición 4 “La amistad”

Caminas solitario por las calles oscuras, por las escaleras, por la ciudad. No hablas, ¿para qué?, parece que nadie se quiere meter en lo que piensas, son asuntos complicados y se ven desde perspectivas inusuales. Si quieres conversar requieres el tiempo de alguien que te preste total atención, que te explique lo que siente, lo que observa. Necesitas un instante de plenitud para conversar con lucidez. Inesperadamente alguien te mira a los ojos, se concentra, comparte y te escucha. La mente se puede enamorar de otra mente que le presta atención. El enamoramiento racional duerme con caricias a la dolorosa soledad intelectual.

Composición 5 “El trayecto”

Saldremos a la cita. La noche está comenzando. Las expectativas nos distraen mientras nos arreglamos frente al espejo. Buscamos la ropa nueva, esperamos lo mejor de nosotros mismos; la emoción de la cita se acerca. Cuando estamos listos, subimos al automotor que nos lleva, empiezan las señales del tráfico, los arrancones, las paradas, los ruidos, el humo, más ruido y velocidad. Llegamos, hemos dejado la violencia del tráfico afuera del lugar y volvemos a retomar nuestra dulce movilidad humana para el encuentro.

Composición 6 “Bajo el asfalto” Underground

Abajo de las calles, del suelo, hay espacios donde fluye el desperdicio de la ciudad, hay atajos, desviaciones y muchos seres vivientes. Ahí la renta se paga de otra manera. Es más oscuro que arriba; aunque muchas veces es más transparente. El peso de la ciudad aplaca el llanto y la ira de la vida del drenaje. Está inundado de olores, ruidos, murmullos y quejas que ya no se escuchan. Abrí las alcantarillas y entré al mundo subterráneo. A veces parece que no se puede salir de ahí; pero al final, cuando ya eres parte de él; no necesitas salir. Entonces las alcantarillas son parte de ti, porque ellas ahora fluyen en los ductos de tu conciencia. Esta es la última pieza del concierto Alcantarillas.